Hacía unos días que no escribía nada por que estaba falto de una idea que realmente me interesara. El fin de semana comencé a tipear algo sobre el pesimismo y el impacto negativo que tiene su manifestación en la vida cotidiana, pero no me daban ganas de leerlo ni a mi..
El momento de inspiración es extraordinario, es una décima de segundo, es “ese” instante y lo demás es moldear la idea sin importar que la inspiración se materialice en un libro, un chiste, una torta o una canción...me pregunto qué la diferencia del amor o la felicidad?. En fin ayer cinco minutos antes de quedarme dormido tenía un libro de un escritor oriental en las manos. No se de sus laureles ni de sus miserias, solo me permití leer hasta sumergirme en el sueño para verla. Ahora puedo decir que comparto algo con ese hombre, una idea, la misma pero pensada en otro momento.
En mi lectura caótica llegué a una parte en donde este amigo ponía en letras algo que me sucede muy a menudo y es la comunión con un libro, el diálogo silencioso que se da entre mi mente y el autor de ese libro. Creo que fue Emerson que en más o menos dijo que las bibliotecas eran un lugar mágico por que nos permitían encontrarnos con los hombres mas ilustres de todos los tiempos. Creo que es una idea maravillosa.
Pero hay algo más…en ocasiones tengo que guardar un secreto que solo yo conozco. La verdad encerrada en mi silencio no es una verdad que pueda demostrar y ésta es quizás la razón determinante de que no sea conocida. Aún así, tengo la sospecha que mi secreto es de otros también.
Mi secreto se trata del instante en que uno forma espontáneamente parte de un grupo de personas que sin perjuicio de no compartir el mismo tiempo han llegado a las mismas ideas.
El instante más brillante se da cuando me doy cuenta de que tengo una buena idea y luego veo que alguien en otro lugar en otro tiempo la escribió. Antes esa situación me generaba insatisfacción por que sentía que habían llegando antes que yo y que por lo tanto no sumaba nada al mundo, pero con el tiempo me doy cuenta de mi error y puedo apreciar la originalidad en lo pensado por muchos. Ahora puedo disfrutar de ser por un instante esa persona, ese amigo que recorrió un camino similar al mío y llegó a una buena idea. Ahora tenemos algo en común y es que los dos por un instante vivimos lo mismo.